A finales de los noventa y principios de los 2000 existió una cultura adictiva en torno a un videojuego de Nintendo llamado Pokémon. Seguro que te suena, ¿no es así? Desde su lanzamiento en 1999 se desató una euforia inusitada hacia el mundo de estos curiosos animalitos, los cuales podían evolucionar y pelear entre sí. Por no hablar del inabarcable merchandising que se creó a tenor del fenómeno. Se trataba de una auténtica máquina de hacer dinero. Era común ver en las calles a muchos niños gamers de todo el mundo compitiendo con su Gameboy contra otros jugadores. Pero al final, el surgimiento de nuevas tendencias hizo que el videojuego pasara a un plano mucho menor. Y con el paso de los años esa dependencia mundial que había movido masas cayó en el olvido.
Pero si creíamos que se había esfumado por completo estábamos equivocados, pues hoy renace de sus propias cenizas una nueva edición para smartphones. Ya está entre nosotros Pokémon Go, señores. Y parece que ha llegado con fuerza. Desde que se lanzó para ser descargado en pocos países – Estados Unidos, Japón, Nueva Zelanda y Australia – su aceptación entre los fans más acérrimos ha sido tremenda. Esta app de realidad virtual está generando tal enganche, tal polémica, que incluso la industria de bienes raíces no ha podido escapar de su poderosa influencia.
Las reglas de la partida son la mar de sencillas, puesto que el juego consiste en que los participantes – a través de su smartphone – capturen pokémons en lugares específicos del mundo real, enclaves detectados mediante la señal de un GPS. Para los competidores, el mayor puntaje se obtiene en zonas llamadas pokéstops y también en gimnasios pokémon. Estos sitios se seleccionan en los mapas a partir de su valor histórico e importancia arquitectónica. Motivo por el cual iglesias y parques son el blanco perfecto para estos escenarios. De ahí que algunos agentes inmobiliarios y particulares avispados en Estados Unidos se valgan de este éxito digital para promocionar sus propiedades, las cuales están ubicadas cerca de los puntos antes mencionados.
Algunos mensajes en la descripción de determinados inmuebles presumen de contar con dichas características. Y es que de todo se puede sacar tajada; no hay negocio que no beba de otro para su propio beneficio. Parece que el mundo de los videojuegos y el mercado inmobiliario se pueden aliar para entenderse a las mil maravillas. Léase por ejemplo este anuncio: “Muy bien situado, entre 2 pokémon gimnasios y tiene 8 pokéstops a poca distancia.” Porque la realidad supera la ficción.
Los dueños de algunas casas se han visto afectados por el videojuego, ya que sus residencias son ahora consideradas como puntos significativos en Pokémon Go. Uno de los casos más sonados fue el de Boon Sheridan, un ciudadano estadounidense cuya residencia fue elegida como gimnasio Pokémon. El porqué de semejante elección radica en que su casa fue antaño una iglesia; una descripción que ha permanecido intacta en mapas viejos que no han dudado en calificarla como tal. No es de extrañar que los programadores del juego hayan aprovechado su antigua función para instalar ahí unos de estos gimnasios. Sheridan quiso comentar al periódico The Independent que hasta el domingo pasado había contabilizado unas 50 visitas de jugadores cerca de su propiedad, personas que merodean celular en mano en busca de estos monstruitos. Increíble, pero cierto. Por eso muchos agentes en Estados Unidos y Australia han reportado un incremento de solicitudes procedentes de fanáticos de la cultura Pokémon, pidiendo que sus propiedades cuenten con muchos pokéstops cercanos o sean clasificados como gimnasios Pokémon.
Algunos vendedores están aprovechando este boom generado por los jóvenes gamers, los cuales algún día se convertirán en futuros compradores de bienes raíces. Agentes estadounidenses recomiendan explotar esta tendencia tecnológica, considerando que ayudará incrementar sus ventas. En Latinoamérica y el resto del globo aún no se encuentra disponible esta aplicación. En países con gran demanda inmobiliaria esperan contar con fanáticos del juego que descarguen esta aplicación e incidan en el aumento de la venta de inmuebles.
¿Existe una posibilidad real de venta?
Para poder utilizar el recurso de Pokémon Go como estrategia de marketing en la venta de propiedades, los agentes deben ser conscientes de que el público al que le llegaría el mensaje es la generación del nuevo milenio. Ése es el target core en el que deben fijarse las inmobiliarias, aunque también es cierto que algún adulto fanático de los monstruitos puede verse atraído por anuncios de este carácter. En ese sentido, los pokémons atraerían a un público muy concreto, y demasiado enloquecido debería estar ese público para comprarse una propiedad o pagar una renta por un motivo tan pasajero.
Sin embargo, existirán vecinos que se sientan molestos por tener a extraños deambulando cerca de su casa en busca de pokémons. Los mismos que desean alejar a desconocidos que andan desesperados por conseguir a Pikachu en la entrada de su hogar. Imagina que de repente tu residencia es catalogada como un gimnasio donde se libre la batalla del siglo. ¿Estarías preparado para todo el follón que se armaría? Incluso los hay que ven en esta tendencia una amenaza para vender sus inmuebles a otras personas. Si eres de los que piensan así, seguro no querrás a un adolescente tocando en tu puerta para poder capturar al Charmander que está en tu patio.
Explotar cualquier moda que influya en la población de compradores es muy ventajoso para quienes desean dedicarse a este negocio. Pero hay algo que debe recordarse como una regla de oro: toda novedad pierde importancia con el paso de los meses. Lo mejor es mantenerse al tanto de los nuevos trends que tengan preponderancia en la industria de los bienes raíces y aprovecharlos al máximo. Recuerda que cuanto más informado y actualizado, más oportunidades aparecen.